La textura de un producto cosmético no es algo aleatorio y va mucho más allá de conseguir una sensación agradable al aplicarlo sobre la piel. De ella dependerá también cómo se absorban y actúen en las diferentes capas de la piel los principios activos presentes en su formulación, por lo que es un elemento importante a tener en cuenta para optimizar la eficacia de un producto determinado.

A la hora de formular un cosmético lo primero que nos planteamos es el uso que va a tener y a partir de ahí tratamos de conseguir la mayor eficacia del producto, y para ello lo primero que tenemos que conseguir es que sus activos actúen de forma eficaz. Por lo tanto, los excipientes que determinan la forma de presentación de un producto deben de facilitar la absorción de los mismo y a la vez garantizar una sensación agradable en su aplicación.

En cosmética podemos encontrar diferentes texturas en función de la actividad del producto y también de la zona del cuerpo a la que vaya dirigido el cosmético:

  • Mantecas – Cosméticos de textura muy densa, ideal para cosméticos con un gran poder de nutrición y reparación de la piel.
  • Cremas – Pueden presentarse con distintas viscosidades y distintos tactos que van de ligeros a ricos dependiendo del tipo de emolientes (aceites de tacto graso, semi graso, semi seco y seco). Ideales para productos hidratantes, nutritivos, regenerantes. Son muy versátiles pudiendo cubrir un abanico muy amplio de tipo de pieles. Esta forma cosmética está compuesta por una fase oleosa y otra acuosa, vehículos ideales para la absorción de los activos liposolubles e hidrosolubles respectivamente. Cuanta más dermocompatibilidad tenga, mejor capacidad de penetración tendrán en nuestra piel. En la cosmética natural al manejar emolientes totalmente vegetales, conseguimos un producto final con una excelente dermocompatibilidad, lo que nos permite una mayor penetración de activos
  • Leches – Mucho más fluidas que las cremas, muy recomendadas para cosméticos destinados a la hidratación corporal.
  • Gel: De aspecto transparente y de tacto muy ligero y fresco ideal para pieles mixtas, grasas y masculinas.
  • Sérum – Ligero y de fácil absorción muy concentrado en activos permitiendo un efecto booster en pieles que necesiten una dosis importante de activos con distintos fines según las necesidades de cada piel o para mantener un estado saludable a lo largo del tiempo.
  • Solución – De textura líquida o más oleosa si se emplean aceites en su composición, es perfecta para tónicos, limpiadores faciales, porque son fáciles de extender y dan sensación de limpieza y frescor.
  • Brumas/Mists – En formato spray es una solución líquida de uso fácil y cómodo que permite ser aplicada en cualquier momento para refrescar, hidratar o iluminar la piel.
  • Solidos – Elaborados con fórmulas sin agua o con muy poca cantidad. La cosmética sólida es tendencia como alternativa sostenible, ya que generan menos residuos y consumen menos agua.  Champús, geles, acondicionadores, lociones corporales, desodorantes, solares, cremas y serums son algunos de los productos cosméticos que más formulamos en formato sólidos por la buena acogida que están teniendo entre los consumidores.

De la textura también dependerá la elección del envase para que sea lo más idóneo posible a esta, y permita un dispensado fácil y cómodo para el usuario.

Por todo, como laboratorio de cosmética natural para terceros, a la hora de hacer una formulación para nuestros clientes, siempre adecuamos la textura a las propiedades del producto y al tipo de piel al que va dirigido, para garantizar tanto la eficacia del mismo como la sensación y experiencia del consumir final.