La huella de carbono es la cantidad de gases con efecto invernadero (GEIs) que emite a la atmósfera al llevar a cabo un determinado proceso o actividad y se refleja en la cantidad de toneladas de CO2. Todas y todos dejamos una huella de carbono en el planeta mayor o menor en función de nuestro estilo de vida. Nuestro consumo, nuestra alimentación, los productos que utilizamos, nuestro trabajo, el medio de transporte en el que nos movemos… contribuyen al calentamiento global. Ante la velocidad en que está aumentado la temperatura del planeta, el desarrollo sostenible se ha convertido en uno de los grandes retos de la sociedad para poder compatibilizar el crecimiento socioeconómico con la conservación del medio ambiente.