Los protectores con filtros físicos reflejan la radiación solar impidiendo que penetre en la piel y produzca irritaciones

Llega el verano y nos encanta el sol y lucir una piel bien morena. El bronceado sigue entendiéndose como concepto de belleza, a pesar de que empezamos a ser conscientes de los problemas de envejecimiento y de riesgo de cáncer de piel que supone. A veces, pensamos que por evitar quemarnos, el problema está solucionado, pero lamentablemente, el bronceado saludable no existe.

¿Por qué nos ponemos morenos?

Para empezar debemos entender qué le ocurre a la piel cuando se expone al sol. Existen dos maneras de broncearnos, una primera más inmediata, mediante la exposición a los rayos UVA. En este caso, la melanina de nuestra piel se oxida y poco a poco va tomando ese colorcito sonrosado durante las primeras horas de exposición. La segunda vía se produce por exposición a rayos UVB, que estimulan los melanocitos para que produzcan más melanina que nos defienda de la agresión y que sería la responsable de un moreno más duradero, que se va acrecentando a lo largo de los siguientes días de haber tomado el sol. Pero en ambos casos, hay que entender que ese bronceado que nos gusta lucir es la manera que tiene nuestra piel de defenderse de un ataque, y que la melanina que actúa como barrera no es suficiente, por lo que es necesario aplicarle una protección extra.

Tenemos que empezar a concienciarnos de que las cremas de protección solar deben de formar parte de nuestra rutina diaria de belleza. La mayoría de la gente solo utiliza fotoprotectores asociados a las vacaciones en la playa o a los días de piscina, y se nos olvida que se deberían aplicar siempre que vayamos a realizar cualquier actividad al aire libre y en cualquier época de año.

Según investigaciones recientes a cerca del cambio climático, España será uno de los países de Europa que más sufrirá sus consecuencias, con veranos mucho más cálidos y largos e inviernos más templados, algo que seguro que afectará al uso y mercado de los productos solares.

Protectores solares naturales

En la actualidad, tenemos una gran gama de productos solares, en función del tipo de piel y sus necesidades. Para Natural Cosmetic Lab la opción más saludable para la protección de la piel siempre es la cosmética natural, y eso incluye los protectores solares. En nuestro laboratorio formulamos una amplia gama de cremas solares y lociones para después de la exposición, para proteger la piel de toda la familia a base de filtros naturales o físicos.

Los filtros físicos  reflejan la radiación solar impidiendo que esta penetre en la piel y produzca irritaciones o quemaduras. Al actuar a modo de pantalla mineral, los filtros físicos o biológicos no necesitan del tiempo de espera necesario a la hora de aplicarse un protector convencional ya que su efecto sobre nuestra piel es inmediato. Por otro lado, al quedar en la superficie de la piel, no generan ninguna alergia ni reacción.

A la hora de elegir el SPF (Sun Protection Factor) de un producto solar, recuerda que lo que nos indica son las horas de protección de un fotoprotector, frente a los rayos ultravioleta B. Respecto a las UVA, la normativa europea exige que como mínimo la protección sea de una tercera parte de la indicada para la radiación UVB.

Nunca hay que olvidar que ningún protector solar es una pantalla que nos aísla por completo de cualquier riesgo, más aún, si tenemos en cuenta que la mayoría de gente no los utiliza de forma adecuada y no reaplica la crema a lo largo del día. Por eso, desde nuestro laboratorio siempre recomendamos evitar el sol en la medida de lo posible, sobre todo en las horas de mayor intensidad, buscar las sombras y llevar prendas de protección solar, sobre todo para niños.

¡Felices vacaciones!