Diseño sin título – 1

La huella de carbono es la cantidad de gases con efecto invernadero (GEIs) que emite a la atmósfera al llevar a cabo un determinado proceso o actividad y se refleja en la cantidad de toneladas de CO2. Todas y todos dejamos una huella de carbono en el planeta mayor o menor en función de nuestro estilo de vida. Nuestro consumo, nuestra alimentación, los productos que utilizamos, nuestro trabajo, el medio de transporte en el que nos movemos… contribuyen al calentamiento global. Ante la velocidad en que está aumentado la temperatura del planeta, el desarrollo sostenible se ha convertido en uno de los grandes retos de la sociedad para poder compatibilizar el crecimiento socioeconómico con la conservación del medio ambiente.

Ante este contexto actual, el concepto de belleza y cuidados personales también han cambiado. Se han vuelto más integrales y van más allá de los beneficios del producto en sí. Los consumidores buscan cosméticos que compartan sus mismos valores en términos de salud, ética y medio ambiente y demandan cosméticos que giren en torno a la sostenibilidad. Un consumidor cada vez más consciente con la huella de sus acciones diarias y que está exigiendo un cambio en la manera de hacer las cosas.

En Natural Cosmetic Lab, sabemos qué papel queremos jugar en este cambio, por eso llevamos más de 17 años avanzando en la gestión ecoeficiente de los productos cosméticos que fabricamos para nuestros clientes, con procesos productivos que contribuyan al desarrollo sostenible.

Toda esta trayectoria y experiencia nos permite ahora desarrollar una nueva generación de cosméticos dirigidos a seguir ganando en innovación y sostenibilidad, con nuevos formatos sólidos y renovados procesos de producción con los que se reduce notablemente la huella ambiental en un sector que históricamente ha tenido un enorme impacto sobre el planeta.

Esta nueva línea de producción nos ha permitido impulsar nuevos modelos de fabricación más respetuosos en todo el ciclo de vida de sus productos, desde la obtención de las materias primas, a la tecnología, a las formulaciones, los procesos productivos, envasado y envío final a los clientes, todo en la nueva línea de producción de cosmética sólida va dirigido a reducir la huella de impacto ambiental, en cuanto al consumo de recursos o la generación de residuos.

Como ejemplo, si tenemos en cuenta las ventas del año 2.021 de champús sólidos para nuestros clientes, se han dejado de poner en el mercado más de 39.000 botellas, más bombas y etiquetas. Esto equivale a 1.567 kilos de plástico menos en el planeta.

Siguiendo con el mismo ejemplo, la fabricación de 300 unidades de champú solido (28,5 kilos) frente a la misma cantidad de unidades de champú liquido (90 kilos), equivale a un ahorro de 51,88 kilos de agua.

El transporte es una de las acciones más contaminantes y que mayor cantidad de GEIs emite.  Para reducir su impacto, siempre que nos sea posible trabajamos con materias primas de proximidad y de comercio justo. Concretamente, durante 2021, el laboratorio adquirió 5 toneladas de materias primas de Km 0, 236.000 unidades de envases de proximidad y 463.000 unidades de material de acondicionamiento, además de 328 kilos de materias primas provenientes del comercio justo.

Por otro lado, la línea sólida nos permite reducir el número de envíos, ya que en cada palet caben cerca de 4.200 champús sólidos más que líquidos. Teniendo en cuenta que en cada caja de embalaje cabe 160 champús sólidos y cada palet tiene capacidad para 32 cajas, podemos transportar un total de 5.120 pastillas de champú sólido por palet. Mientras que en cada caja de embalaje caben 29 champús líquidos con un total de 928 botellas de champú liquido por palet.

Con todo, esta nueva línea de producción de cosmética sólida nos permite reducir la huella ambiental de nuestros productos, aportar soluciones a las necesidades de nuestros clientes, a la vez que satisfacer las expectativas de los consumidores.