La cosmética emocional busca el equilibrio entre la belleza y el bienestar

Cuantas veces al hablar de cuidados de belleza nos referimos como “ritual”, aludiendo a ese momento íntimo, de calma en el que, más allá de querer lucir una piel bonita, buscamos un momento de bienestar al empezar o finalizar el día. Y es que, en una piel sana y radiante influyen muchos factores, tanto los cuidados cosméticos, como la alimentación y sentirnos bien por dentro, con energía. Todo se refleja en la piel. De ahí que la cosmética vaya adquiriendo cada día un enfoque más holístico, que cubra las necesidades físicas, pero también de la mente.

Cada vez somos más conscientes del importante vínculo que existe entre las emociones y la belleza. La correlación entre sentirse feliz y verse bien físicamente es directa. Las emociones nos afectan en todos los aspectos del cuerpo y también se reflejan en la piel. Por lo tanto, esa relación de piel-celebro, también podemos entenderla a la inversa. Proporcionar energía al cuerpo a través de la cosmética, desde el exterior al interior, yendo un paso más allá de la propiedad cutánea del producto.

Incorporar al cosmético esa parte energética con formulaciones realizadas a base de fitonutrientes, aceites esenciales, oligoelementos… consiguiendo fragancias que activan el cerebro a través del olfato o texturas con las que activar el sistema nervioso al roce con la piel. Todo para conseguir un momento de placer que nos libere de bloqueos y nos llene de energía por dentro. Y, es que, la psicología positiva ya defiende que un simple olor o una textura pueden hacernos sentir bien, produciendo instantáneamente una cadena de reacciones químicas dirigidas al cerebro que pueden cambiar nuestro estado de ánimo.

En esta línea, seguimos avanzando en Natural Cosmetic Lab para conseguir innovadoras formulaciones cosméticas que trabajen a nivel cutáneo y emocional buscando el verdadero equilibrio entre belleza y bienestar.

Todo ello aplicado a cremas, serums, geles, champús… que nos ayuden a despertar la vitalidad y energía del cuerpo, a relajarnos, a conciliar el sueño… en función de nuestras necesidades.

Más allá del producto en sí, no podemos pasar por alto que un cuidado packaging, con formas y colores bien seleccionados también influye en nuestra paz, ya que como se sabe, el orden, determinados colores y estar rodeados de cosas bonitas nos proporcionan bienestar.