Aceites 100% naturales y procedentes de cultivo ecológico

Por sus magníficas propiedades, los aceites vegetales son grandes aliados de la cosmética natural y forman parte de la composición de la mayor parte de productos, aunque también funcionan perfectamente por si solos a la hora de cuidar de forma sencilla y natural nuestra piel y cabello, aportándoles hidratación y nutrición.

Los aceites vegetales pueden obtenerse mediante presión en frío o en caliente. Es importante que a la hora de elegirlos busquemos siempre que sean de su primera presión en frío, ya que a través de la prensada en caliente se pierden muchas de sus propiedades cosméticas. Hay algunos casos, como el de caléndula, entre otros, que no podemos obtenerlos de un prensado en frío y que necesitaremos de un proceso de maceración; una antigua técnica mediante la cual se deja la planta macerada en otro tipo de aceite base durante unas semanas, para obtener todas sus propiedades medicinales.

Con todo, a la hora de elegir un aceite, tanto para su uso directo como para formar parte de una formulación, si se quieren aprovechar al máximo sus propiedades, es importante no solo que se haya extraído de su primera presión en frío, sino que además sea natural y de procedencia ecológica.

Entre las diferentes variedades más utilizadas por nuestro laboratorio he seleccionado algunas que creo que no pueden faltar:

Aceite de Oliva – Un indispensable en la cocina y muy valorado por los beneficios que aporta al organismo, muchos desconocen que también es un gran aliado de la belleza. Por su alto contenido en vitamina E y ácidos grasos esenciales se convierte en un ingrediente  muy nutritivo y emoliente. Su uso en cosmética aporta al producto propiedades suavizantes, calmantes y cicatrizantes. Con este tipo de aceite podemos formular todo tipo de cremas para pieles castigadas, con irritaciones o cremas para las manos secas, así como productos capilares, como acondicionadores.

Aceite de almendras dulces – Es todo un clásico en la cosmética e higiene natural, tanto por su facilidad de uso como por sus propiedades medicinales. Es emoliente, antiinflamatorio, hidratante y suavizante. Muy utilizado en cremas faciales, corporales, bálsamos labiales y para todo tipo de productos capilares, sobre todo aquellos dirigidos para cabellos estropeados y quebradizos.

Aceite de Rosa Mosqueta – Un básico para la belleza facial y corporal por los múltiples beneficios que aporta. Es altamente hidratante y regenerador, por lo que es un ingrediente común en numerosos productos antiarrugas, antienvejecimiento y para disminuir manchas y cicatrices.

Aceite de Jojoba – Antiarrugas, calmante y regenerador, su uso en cosmética aporta interesantes beneficios para la salud de la piel y del cabello. Está compuesto por grandes cantidades de ceramidas, sustancias oleosas que favorecen la hidratación; además es muy rico en antioxidantes, ayudando a reducir el daño causado por los radicales libres. Se utiliza en cremas corporales, faciales antiedad y también en productos capilares, con la particularidad de que no deja sensación aceitosa.

Aceite de caléndula – Uno de los aceite de cabecera en nuestro laboratorio. Rico en vitamina E y ácidos grasos insaturados, se usa para reparar zonas dañadas, pieles irritadas, con picores y quemaduras. Es un regenerador de la piel con propiedades cicatrizantes y antisépticas muy valorado en cosmética, incluido su uso en productos infantiles.

Aceite de Argán – Sus propiedades son realmente extraordinarias tanto para el cuidado de la piel como del cabello. Rico en ácidos grasos esenciales, omega-6, vitamina E y polifenoles posee propiedades hidratantes, antioxidantes y regenerativas, de ahí su uso en gran cantidad de productos cosméticos destinados al rejuvenecimiento de la piel.

En Natural Cosmetic Lab podemos fabricar aceites vegetales 100% naturales y procedentes de materias primas de alta calidad y cultivos ecológicos, tanto para su envasado individual como para crear la formulación deseada en función de su utilidad. Todos los aceites utilizados en nuestros productos provienen de primera extracción en frío.